Una
solución es, por supuesto, formatearlos en formato FAT32 para tener
compatibilidad prácticamente universal pero teniendo en cuenta las
limitaciones de tamaño en archivos (4Gb) y particiones.
En
el caso de ordenadores con GNU/Linux nos podemos encontrar que de
entrada no los manejan con la instalación de serie pero dar soporte a
este formato es tan sencillo como instalar los dos paquetes, exfat-fuse
exfat-utils, que puedes instalar desde el instalador del entorno gráfico
de tu distro.
En el caso de Debian y distribuciones derivadas también puedes instalarlo desde consola con el comando:
sudo apt install exfat-fuse exfatprogs
En algunas distros es posible que también necesite instalar exfat-utils mientras que en otras ni existirá el paquete, en todo caso puedes intentar instalarlo con el comando:
sudo apt install exfat-utils
Y ya está, ya puedes leer y escribir particionex exFAT