viernes, 11 de septiembre de 2020

Inves BS486S: mi primer PC y la fiebre multimedia

En 1994 mis padres me regalaron mi primer PC cuando terminé la carrera, un Inves BS486SX para que me ayudara en mi futuro laboral.

El equipo era un 486SX a 33 Mhz que traía MS-DOS 6.2 y Windows 3.1 con el que ya podía manejar el software profesional que estaban usando todo el mundo.

Calzaba 4Mb de RAM, disco duro de 170Mb, una tarjeta S3 Virge SVGA y disquetera de 3.5".
Pude seguir usando mi impresora Amstrad DMP-3000 que pronto acompañaría una Epson, mi primera impresora de cartucho a color, pero aún con un coste de impresión por hoja prohibitivo, por lo que solo la usaba para cosas muy concretas. Para la próxima ya tenía aprendida la lección de mirar el precio de los cartuchos antes que el precio de la propia impresora.

Eso sí conseguí conservar mi Amstrad CPC6128 que pasaría a un segundo plano pero que aún tengo hoy operativo.

Al poco tiempo surgió una fiebre que hizo que el equipo se quedara rápidamente obsoleto: la fiebre multimedia.

Las revistas empezaron a distribuir software en unos CDs que permitían guardar el equivalente a centenares de disquetes en un espacio mínimo, a cambio, era un sistema de solo lectura que hacía económicamente no atractivo sacar copias a determinados programas.

Por otro lado, cada vez más software requería de una tarjeta de sonido y mi Inves solo traía el altavoz interno, así que en 1996 le hice una ampliación que me costó 25.000 ptas con una tarjeta de sonido Sound Blaster ISA 16 PnP y un lector de CD-ROM 4x de la marca Mitsumi.

El resultado era una espectacular mejora en las posibilidades del equipo que así pude conservar hasta la compra de mi Pentium II en 1998 que ya pagué yo con mis primeros trabajos, pero eso es otra historia.
Este 486SX llegó a tener el primer Windows 95, el que venía en 13 disquetes, pero la capacidad del disco duro dejaba poco espacio cuando le instalabas la suite ofimática, así que mucho tiempo tuvo MS-DOS 6.22 y Windows 3.11 para trabajo en grupo, incluso llegué a probar uno de los primeros GNU/Linux en disquete (sí en singular), todavía como curiosidad porque esa distro como podéis imaginar traía pocas cosas (ni siquiera entorno gráfico).
También fue el ordenador como el que pude pasar todos los programas de mi Amstrad CPC para su uso con emuladores, concretamente el CPCEmu, mediante un cable paralelo cuyas instrucciones incluía el emulador.

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